domingo, 27 de enero de 2013

CAPÍTULO 14.

Solo podemos pasar la noche con Abraham tres personas. Yo soy una de ellas, no me puedo separar de él ni un solo segundo. Se quedan conmigo Tony y Daniel, mientras que Jacobo se lleva a Víctor y a Paula al hotel. Mañana por la mañana volverán, para ver cómo se encuentra Abraham.

Daniel está conmigo a cada segundo, no se separa de mí.
 Estamos callados. Me recorre un escalofrío por mi cuerpo. No puedo dormir.
-¿Pensáis que despertará? –pregunto.
-Sí, seguro que sí –responde Daniel.
Me encanta Daniel. Es muy optimista y eso es bueno.
-Chicos, no puedo dormir –digo.
-Yo tampoco. Es que es mi hermano… Jo, ¿y si le pasa algo? ¿Por qué ha tenido que pasar esto? –dice Tony.
-Yo también me hago la misma pregunta, cuñado –digo.
-No penséis en negativo, por favor. Pensad siempre en positivo, así en la vida os irán mejor las cosas.
Es increíble que un adolescente de 14 años tenga esa manera de ver las cosas. Para mí es imposible. Es flipante. Daniel, como bien dice el nombre, es travieso, pero a la vez un ejemplo a seguir, como Abraham.
Abraham. Tengo ese nombre en mi cabeza cada segundo. Le miro y no puedo evitar llorar. Por favor, que se despierte. Por favor, que se despierte. Esa frase ronda todo el rato por mi cabeza. Son las 5 de la mañana y ninguno de los tres ha podido dormirse, hasta que finalmente me duermo.

Me despierto. No hay nadie en la habitación; estoy sola con Abraham. Supongo que Tony y Daniel habrán bajado a por algo de comer o algo. Abraham aún está dormido. De repente, oigo pasos que se acercan hacia la habitación. Son Tony y Daniel. Efectivamente habían bajado a por comida. Me han traído unas rosquilletas y un zumo de piña, mi favorito. No tengo hambre, tengo el estómago cerrado, pero aún así como.
-¿Habéis dormido? –pregunto.
-Sí, un par de horas si llegan –dice Tony.
-Debéis descansar.
-Yo he dormido más que Tony –dice Daniel.
Después de un rato llegan Jacobo, Víctor y Paula.
-¿Cómo se encuentra? –pregunta Paula.
-Aún no ha despertado –dice Daniel.
-Esperemos que lo haga pronto… –digo suspirando.

Pasan los días y Abraham sigue en coma. Estamos todos juntos en el hospital, esperando que abra los ojos. Sale la doctora de la habitación.
-Siento deciros que Abraham tiene el 95% de riesgo de morir. Las fracturas son muy fuertes, no creo que pueda sobrevivir, pero habrá que esperar.
Todos nos quedamos callados. De repente, me levanto y me voy cabreada, con ganas de gritarle al mundo que me deje en paz, que no me haga esto ahora.
-¡Sara! ¿Dónde vas? –pregunta Jacobo.
-Necesito aire, necesito estar sola.
Lloro a carcajadas. ¿Y si Abraham muere? ¿Y si no lo vuelvo a ver nunca más? ¿Qué será de mi vida? Si él no vive, yo tampoco. Él es el que me ayuda a seguir adelante.
-Sara.
No contesto.
-Sara, por favor, contéstame.
-Perdona Jacobo, siento no hacerte caso.
Me giro y veo a Jacobo detrás de mí, pálido, llorando también a carcajadas. Se sienta junto a mí, me abraza y apoyo su cabeza sobre su pecho, todavía llorando.

El sufrimiento sigue. Abraham continúa sin despertar. Les pedimos a los doctores que por favor hagan todo lo posible por que Abraham sobreviva. No me separo ni un solo segundo de Tony.
Veo que Abraham se mueve y abre lentamente los ojos.
-¡¡Abraham se ha despertado!! –digo gritando.
Parece ser que los doctores me han escuchado y han acudido a la habitación.
-¿Ha despertado? –dice una doctora.
-Sí, se mueve –digo.
-¿En serio? ¿En serio ha despertado? –dice Tony sonriendo.
-Por favor, id fuera. Si necesitamos algo os llamamos. Él necesita que no le vea nadie, podría desorientarse.
Hacemos caso y vamos fuera. Estoy muy feliz.
-Qué bien que haya despertado –dice Paula.
Necesito abrazar a Abraham y besarle todo el tiempo que haga falta. Necesito que vuelva a estar perfectamente bien.
Sale la doctora.
-Ya está completamente despierto.
Entramos.
-Hermanito, ¿cómo te encuentras? –dice Tony.
Abraham no puede moverse ni casi hablar. Habla muy despacio.
-Me estalla la cabeza, tío.
-Eso es normal –dice la doctora.- En un rato te habrá pasado el dolor, ya verás.
-¿Qué ha pasado? ¿Por qué estoy aquí? Lo único que recuerdo es que estábamos yendo hacia el hotel.
-Un borracho asqueroso te atropelló. Menos mal que no fue grabe… He llorado mucho por ti –digo.
-¿En serio? Uf, pues yo ni me enteré de lo que pasó.
-Te tienes que poner bien, ¿eh? Que tenemos que ir a grabar un videoclip a Barcelona –dice Jacobo.

Todos sonreímos. Solo ha estado una noche en coma, esto es un regalo de Dios. La verdad es que nunca pensé que podría pasar esto.
-Tendrá que quedarse unos días aquí en el hospital, para ver cómo va evolucionando –dice la doctora.

Habrá que esperar a que se recupere.

1 comentario:

  1. si la doctora hubiera dicho que habia perdodo la memoria y solo recordaba a sus amigos y a su hermano y a Jacobo, me daba algo yo iba y mataba a la doctora(no literalmente)

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